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¿Funcionan las leyes contra la prostitución?

Si paseamos por ciertas zonas de la capital, en la hora adecuada, podremos encontrarnos con mujeres de todas las edades, buscando clientes. Son prostitutas, y han estado ahí desde hace años, contra viento y lluvia, contra leyes más justas o injustas. Sea cual sea la situación, estas mujeres sobreviven a través de la prostitución, algo que las convierte automáticamente en repudiadas por la sociedad. No es algo nuevo, ni mucho menos, porque el estigma que las prostitutas llevan como carga viene de lejos. No hay más que recordar la polémica por considerar que la propia María Magdalena, una de las seguidoras más fieles de Jesucristo, también era prostituta. Esto no está ni mucho demostrado, y parece ser producto de una campaña orquestada siglos atrás, contra un personaje que estaba “demasiado cerca” del Salvador. Las prostitutas son el escalón más bajo de la sociedad, o al menos muchos las ven así, pero ni siquiera eso ha impedido que su trabajo se siga propagando.

No ocurre solo en Santiago, sino en prácticamente cualquier ciudad de Chile y del mundo. Allá donde haya un hombre dispuesto a pagar por tener sexo, habrá una mujer entregándose al placer a cambio de ese pago. Viene sucediendo durante toda la Historia, y mirar para otro lado no va a solucionar el problema, desde luego. Tampoco lo hará negar que lo es, no como trabajo, sino por las condiciones deplorables en las que estas chicas deben sobrevivir. Marginadas, sin derechos laborales en la mayoría de países, viviendo aisladas y siendo señalas por su trabajo. Tengamos la idea que tengamos sobre la prostitución, cuesta creer que un camarero, un funcionario o un conductor de bus fuera juzgado solo por el trabajo que realiza. Sin embargo, en el caso de las prostitutas sí que ocurre así, teniendo a buena parte de la sociedad incluso en su contra. Hay quien piensa que este trabajo debería desaparecer, porque solo trae miseria, delincuencia y abusos a las propias mujeres. Por eso, en todo el mundo, se están llevando a cabo leyes y ordenanzas que tienen como fin terminar con el sexo de pago.

La prostitución, un problema en muchas naciones

Chile no es, ni de lejos, el país que más que peor lleva este asunto. De hecho, al tener una economía relativamente fuerte, parte con ventaja respecto a otros vecinos latinoamericanos, como Venezuela, Bolivia o Colombia. La prostitución está legalizada en nuestro país, y las trabajadoras sexuales están regualizadas dentro de un censo, llevándose a cabo pruebas de salud cada poco tiempo. Sin embargo, los burdeles y los prostíbulos están prohibidos, y eso no significa que no existan. Todavía al margen de la ley, en estos lugares se llevan a cabo también los servicios sexuales por parte de las chicas que prefieren trabajar en ellos. Ubicados  usualmente a las afueras de las ciudades, los burdeles no suelen ser mayor problema para los ciudadanos.

Pero no en todos los lugares ocurre igual. En países como Brasil o Tailandia, la prostitución se ha convertido en una verdadera lacra, ya que se lleva a su parte más oscura, la delictiva. Al no estar regulada en muchos casos, los proxenetas se aprovechan de esos vacíos legales para presionar a las chicas a trabajar para ellos. Son muchos los países que buscan, de hecho, abolir la prostitución, al considerarla algo tremendamente negativo, tanto para la sociedad como para las propias mujeres. Se defienden arguyendo que el objetivo es terminar con la trata y el abuso, pero en los países donde se ha legalizado la prostitución, estos delitos ya no se dan apenas. ¿Funciona pues la vía del abolicionismo para acabar con la prostitución? Nosotros, sinceramente, lo dudamos bastante, sobre todo viendo cómo este negocio ha sobrevivido a tantas y tantas vicisitudes.

Países que quieren abolirla

Si salimos al extranjero, no tardaremos en comprobar que hay numerosas naciones que están en el camino de penalizar la prostitución, con la intención de abolirla. Más allá de los países árabes, donde está prohibido este tipo de intercambios de sexo por dinero, la zona de Escandinavia fue la que comenzó con esta senda. El  primer país es prohibir explícitamente la prostitución a través de sus leyes fue Suecia, al que le siguió posteriormente su vecina Noruega, unos años más tarde. En Europa tenemos los ejemplos de Francia y el Reino Unido, donde se prohíbe no solo ofrecer sexo, sino también pagar por él, persiguiendo al cliente. España, que hasta el momento no tenía leyes al respecto, está empezando a escorarse precisamente también a ese bando, el de la abolición.

Leyes contra el sexo de pago

El código penal de Suecia castiga, desde 1999, la aceptación o negociación de sexo, tanto en la calle como en el ámbito privado. Los países escandinavos consideraban que el sexo de pago era un problema social que afectaba directamente a las mujeres, y  trataron de poner fin al mismo de esta manera. Sin embargo, no fueron los únicos. A lo largo y ancho de todo el mundo encontramos distintas legislaciones, basadas en la sueca, o totalmente originales, al respecto del sexo de pago. La prostitución se prohíbe en muchos países a través de leyes que permiten multar y sancionar tanto a la prostituta como al cliente. Esto es criticado por muchas asociaciones y ONGs, ya que alertan de que se está tratando a estas mujeres como verdugos, igual que a sus propios clientes.

En España, donde no hay una ley general, sí que existen diferentes ordenanzas municipales con respecto a la prostitución. Es decir, cada ciudad, cada municipi8o, puede promulgar la suya propia, para intentar acabar con un problema que parece más grave de lo que es en realidad. Se sancionan a los clientes, se prohíben los prostíbulos, e incluso también los anuncios por medios telemáticos, como Internet. Esto ha provocado que muchas mujeres que trabajan en este negocio se hayan visto perjudicadas y tengan problemas por salir adelante. Muchas de ellas lo hacen para sobrevivir, y desde luego no han sido preguntadas sobre si este tipo de legislación es positiva o no para su situación. Y si al menos las leyes fueran efectivas y terminasen con los problemas derivados de la prostitución… Pero es que tampoco es así.

¿Han conseguido su objetivo?

Se han llevado a cabo numerosos estudios en los países donde la prostitución está penalizada, y los resultados son bastante claros. Para empezar, no se ha logrado el principal objetivo, que era terminar con este “problema”. Las mujeres siguen prostituyéndose, tal vez en un entorno más íntimo, o tal vez con más problemas por tener mucha más presión encima. Se les intenta prohibir llevar a cabo su trabajo, su único método de subsistencia, pero  pocas veces se las ayuda a salir de esa situación, a poder empezar de cero. El estigma con el que cargan les impide en muchas ocasiones aspirar a otros puestos de trabajo, por lo que estarán marcadas para siempre. ¿Qué alternativas se les da? ¿Cómo se les puede quitar lo único que tienen para dejarlas sin nada? La prostitución se sigue dando incluso en los lugares donde está prohibida, y eso nos debe hacer entender que su abolición es una mera utopía.