Los sueldos de los cargos públicos siempre están en el punto de mira de la sociedad. Al fin y al cabo, son los impuestos los que les pagan, y todos queremos saber que nuestro dinero se utiliza de la mejor manera posible. Uno de los gremios más señalados en ese sentido es el de lo representantes políticos, que en ocasiones se ven envueltos de polémicas y no siempre hacen su labor lo mejor posible. En este artículo pretendemos arrojar cierta luz sobre las retribuciones que reciben por su trabajo.
Por ejemplo, los diputados cuentan con más de seis millones de dólares de dieta líquida mensual de libre disposición, a la que se añaden cinco millones como asignación mensual de gastos operacionales. Por último, tienen asignados dos millones mensuales de asesorías externas. Estos datos aportados por la Cámara de Diputados chilena contrastan con los de sus colegas argentinos, que rondan los dos millones y medio de dólares mensuales; que se reducen a la mitad si viajamos a Perú.
El debate se centra en la conveniencia o no de repartir estas cantidades, sobre todo en las épocas en las que la bonanza se olvida de nosotros. Pero también es cierto que si se reducen sus salarios, es posible que las personas más preparadas para desempeñar estos cargos prefieran dedicarse al sector privado. Tampoco hay que olvidar que los militantes PC donan parte de su sueldo a la colectividad, así que tampoco hay que pensar que el cien por cien del salario se queda en sus bolsillos.
Lo mas hiriente, quizá, es que los ex presidentes que ya no ejercen ninguna labor tienen el privilegio de cobrar la misma cantidad que los parlamentarios y los ministros, algo mas de 8 millones de dólares. Habría que replantearse, por el bien del país, si no sería más conveniente destinar ese dinero a otras causas.